Un lugar ecológico y turístico en medio del desierto de Sechura

Playa Blanca es un lugar en medio del desierto ubicado a casi 1 hora y media de la provincia de  Sechura que sueña en convertirse en un lugar  turístico y ecológico. En Playa Blanca el día empieza con el primer rayo del sol y el canto de algunos pajarillos y gaviotas que vuelan sobre el mar de esta caleta que a su vez acompañan a los pescadores que inician su jornada.

Este centro poblado cuenta  con 40 familias y 180 pobladores que  se dedican a la pesca de tramboyo, lisa y otras especies, así como, a la extracción de conchas de abanico. Los habitantes de Playa Blanca son hijos de pescadores provenientes del sector de Mala Vida( Sechura),  quienes -hace 30 años- llegaron a esta zona y  al encontrar una mejor vida en este terreno de 5 hectáreas decidieron instalarse y fundar Playa Blanca, que hace 3 años  fue elevado a la categoría de caserío por el Gobierno Regional  de Piura  mediante Resolución 539-2008/GRP.

Los dirigentes de este nuevo caserío de Sechura han visionado a Playa Blanca como una ciudad ecológica para ello esperan que el terreno en el que actualmente se encuentran pueda ser ampliado por la Municipalidad Provincial para cumplir su sueño ecológico.

Un malecón  y  un bosque de palmeras  de 10 hectáreas forman parte de este  proyecto turístico visionado por los dirigentes de Playa Blanca. .

Actualmente se ha iniciado la forestación de la playa. En el lugar se puede apreciar árboles pequeños y medianos ubicados frente al mar. Allí en un futuro se pretende construir un malecón que servirá para los turistas  quienes atraídos por la riqueza hidrobiológica del lugar visitaran la zona

El delicioso tramboyo

 Esta pequeña caleta cuenta con una deliciosa gastronomía como el sudado de Tramboyo que será la mejor atracción para los visitantes. Este platillo es preparado por manos sechuranas y se prepara al instante  luego que el pescado es  traído directamente del mar. El sudado de tramboyo es acompañado por la infaltable chicha de jora.

El sol del desierto y una ola gigante….

La alerta de la llegada de una ola gigante a las costas piuranas se lanzó. Esto como consecuencia del terremoto y tsunami que arrasó Japón, el 11 de marzo. Pero ese fenómeno anómalo no impidió que el sol saliera para abrazar con sus rayos a los pobladores y pescadores de la bahía de Sechura.

El sol radiante deslumbro desde tempranas horas y cayó al atardecer al promediar las 6:00p.m. Todos los visitantes que acudimos curiosos a la caleta de Parachique para ver la ola gigante quedemos anonadados con el sol del desierto que ahora descasaba sobre el mar como un fuego gigante.

Con el paso de las horas el astro rey deslumbraba más para el deleite de las aves que se acercaban aún más a la playa anunciando el acercamiento de la ola gigante que estaba prevista para las 8:00p.m.

Luego y tal vez conocedor del peligro del agua el sol del desierto decidió ocultarse. El último de sus rayos nos abrazo hasta el final prometiéndonos su pronto retorno…

El espectáculo de la ola gigante en Parachique

El terremoto y tsunami que arrasó con Japón alarmó a todo el mar del pacífico. Se han lanzado las alarmas y alertas en todos los países de la costa de Sudamerica, entre ellos el Perú. La parte norte del país sería uno de los más afectados por oleaje anómalo que llegaría incluso hasta la bahía de Sechura provincia de Piura.

Esta noticia despertó toda mi curiosidad y decidí ir rumbo hacía la caleta más cercana, Parachique. La gran ola visitaría la bahía sechurana a partir de las 8:00 de la noche y por ello todos los pobladores debían abandonar sus viviendas antes de las 6:00 p.m., sin embargo, al llegar grande fue la sorpresa pues decenas de pobladores se encontraban parados frente al mar para ver el gran espectáculo de la ola gigante.

Como una película
Mientras avanzaban las horas decenas de personas entre jóvenes, madres y niños llegaban hasta la defensa ribereña de la caleta de Parachique para buscar un lugar y apreciar el oleaje anómalo como si se tratara de una película.

Pocos habían tomado conciencia de abandonar sus viviendas y evacuar hacia las partes altas pese a que las autoridades llegaron hasta el lugar para solicitarles que se retiren de la zona.

Era increíble ver la falta de conciencia y la irresponsabilidad de los pobladores y pescadores, quienes a pesar que se les prohibió realizar la faena de pesca estos continuaron con su trabajo durante la noche.

Más tarde esta negligencia de los pobladores casi les pasa la factura. El oleaje anómalo llegó con fuerza por la noche y se destrozó varias embarcaciones. Muchos pobladores empezaron a huir de junto a sus pequeños en medio de la oscuridad. Afortunadamente solo una persona resultó herida. Pero hubo cuantiosos daños materiales. Sin duda la naturaleza les dejo una gran lección.

Chulliyachi: una playa con historia

La belleza natural de la caleta de Chulliyachi es tal que, uno de los fundadores de los sechuranos, Bernardino de Loayza, se instaló en esta zona. Sin embargo a inicios del siglo XVIII, un tsunami destruyó el pueblo, y desde entonces, el lugar es una playa que ofrece una gran oferta turística que aún es desconocida por los turistas.

Para llegar a este lugar se debe realizar un recorrido de 8 kilómetros al oeste de la ciudad(al lado sur de los manglares de San Pedro).Los medios de transporte que nos llevan hasta esta playa natural son las mototaxis, combis o vehículos. El camino es transitable y firme, la arena del desierto se levanta al paso de cada visitante. Esta incomodidad es solo por veinte minutos, luego unas pequeñas palmeras que nacen a largo de la carretera y unos muros gigantes da la bienvenida a los turistas.

Al ingresar a esta playa de aguas cristalinas, arena blanca y sol ardiente es preciso buscar un lugar para tomar el sol. Aquí no hay que caminar mucho ya que el lugar es paradisiaco y solitario debido a que pocos turistas conocen de esta belleza natural.

En esta pequeña caleta también se aprecia las embarcaciones de los pescadores que salen desde tempranas horas a realizar su faena. Quienes también dan la bienvenida a los visitantes son las gaviotas, pelicanos y zarcillos que sobre vuelan el mar de la bahía. La mejor temporada para visitar este lugar es todo el año. La oferta gastronómica es muy variada se puede comer en los restaurantes improvisados que están en la misma playa. El lugar es ideal para hacer camping.

Pueblo fantasma
La historia se hace visible en esta playa de aguas calientes y olas tranquilas, varias casas de adobe deterioradas ubicadas frente a Chuyillachi son las huellas del pasado de un pueblo que existió en 1572, cuando fue fundado por Bernardino de Loayza.

Pero este pueblo fue destruido en el siglo XVII luego que un tsunami arrasara con todos sus pobladores y, desde entonces, la gente la recuerda como Sechura la Vieja. Después de la catástrofe nadie volvió a construir una vivienda, los emigrantes se trasladaron al sitio donde actualmente se encuentra la bahía de Sechura.

Constante una caleta en peligro

Las playas de Sechura son como un oasis en el desierto. Constante es una de ellas su riqueza hidrobiológica y sus aguas cálidas son increíbles. Sin embargo la contaminación provocada por los mismos pobladores amenaza a esta caleta que podría convertirse en una playa contaminada.

Después de una semana de haberme instalado en la provincia piurana de Sechura recibo a mis primeras visitas, mis amigos Elmer y Jeny. . El sol ardiente y el calor nos obligan- a ir en busca del mar. Tomamos la ruta hacia el sur en la búsqueda de una playa con riqueza natural. Una combi nos llevó en 15 minutos hasta la caleta Constante. Nos dan la bienvenida unas curiosas guitarras que han sido puestas al sol para secar y luego poder saborearlas como un suculento cebiche.

El sol quema y nuestra piel también corremos hacia la playa para reconocer las olas, sin embargo, un fuerte olor a pescado podrido nos detiene el ingreso, la arena blanca estaba llena de basura y plumas. El panorama no es nada agradable. En el mar y cerca de la playa estaban las embarcaciones de los pescadores, lo cual explicaba el mal olor y la contaminación del lugar.

Constante es una caleta de pescadores donde también se puede apreciar las tortugas marinas, caballitos de mar y otras aves, pero su situación está en peligro de extinción debido a que los pescadores y pobladores los pescan de manera indiscriminada.
Pese a ello los bañistas acuden al lugar ya sea para disfrutar del sol, el mar o jugar vóley. Muchos de los visitantes acuden los domingos.

Comuneras piuranas crían camélidos y recuperan tejido ancestral

Se trata de 180 campesinas organizadas en  los distritos de Lalaquiz, Pacaipampa y Frías ubicados en las provincias de Ayabaca  y Huancabamba que, entre sus responsabilidades de hogar, encuentran un tiempo para capacitarse y comercializar  sus tejidos andinos elaborados con fibra de alpaca y llama que ellas lograron domesticar.

Los responsables de este emprendimiento, Miguel Timaná y Rosa Suarez,  de la Asociación Yachachiq Solcode cuentan que desde hace dos años  280 camélidos  fueron trasladados desde Apurímac  hasta la sierra de Piurana,  con el fin de que logren su adaptación y contribuyan a la economía de las familias en  extrema pobreza.

Estas mujeres  lograron domesticar a las alpacas y llamas. En  febrero de este año exportaron a  España  65 piezas  entre carteras, porta celulares, sombreros, y mientras que a Ecuador se ha enviado 15 muestras.

La introducción de los camélidos  a las zonas altoandinas de la región Piura fue financiado por la Diputación Provincial de Cordoba (España) que tiene previsto replicar el proyecto en zona de la sierra de Lima y la selva.

                                    

Francisco Cacheira Mahiquez, representante de la Diputación Provincial de Cordoba señala que se piensa ampliar dentro de unos meses en el distrito de Montero (Ayabaca)  y en otras  zonas de la serranía de Piura que estén ubicadas entre los 2.800 a 3.000 m.s.n.m.

Huancabamba la ciudad que camina cuesta abajo

El suelo se desliza lentamente ocasionando grietas y fisuras en las veredas, paredes y viviendas. La filtración de agua sería la causa.

Mientras se permanece en la provincia piurana de Huancabamba el deslizamiento del suelo que ocurre lentamente y  a diario no se percibe. Pero las fisuras y grietas que se ven en las veredas, paredes y viviendas de la ciudad evidencian el peligro en que viven los pobladores producto de la reptación del  suelo.

Esta ciudad ubicada a 8 horas de Piura se caracteriza por tener mucha pendiente (8% en las partes bajas y de 15 a 20% en sus partes altas) y es conocida también como la ciudad que camina.

En los barrios Jibaja Che, La Playa, La Laguna, El Altillo, El Alto de la Paloma y en el distrito de Sóndor el panorama es preocupante. Aquí se aprecian  viviendas inclinadas, paredes y veredas agrietadas, terrenos inestables, calles estranguladas producto del deslizamiento del suelo. 

Según el ingeniero Geofísico de la Universidad Nacional de Piura, Francisco Moreano Segovia, la reptación de  suelo se viene produciendo hace más de 40 años. Y hace cuatro décadas  se establecieron puntos de control y se dio cuenta de que el suelo se movía 1cm por año. Pero hace 2 años esta situación ya es más notoria y alarmante.

 “Los bloques de suelo se mueven entre 1 y 2 cm. e incluso se ha detectado un deslizamiento de 10 metros. Esto ocurre a diario lo cual afecta a los pobladores  sobre todo cuando ocurre un sismo”, señaló Moreano.

El científico y estudioso de los fenómenos naturales, Julio Kuroiwa Houriuchi, quien también realizó estudios sobre Huancabamba señala que una de las causas principales de la activación de estos deslizamientos, es la precipitación pluvial, la cual origina una alta infiltración en las partes altas, dando lugar a que la ciudad se deslice cuesta abajo.

“Prácticamente toda la ciudad se está deslizando cuesta abajo. Es necesario reducir la velocidad de los deslizamientos, activados por una fuerte infiltración”, dijo.

Kuroiwa sugiere construir un sistema de drenes horizontales de canales abiertos con la finalidad de evacuar  las  agua hacia las quebradas, para que no discurran hacia Huancabamba.

Familias en  alto riesgo

El Instituto Nacional de Defensa Civil en Piura  ha declarado a Huancabamba en una zona de  peligro eminente y de alto riesgo, por lo tanto, no se pueden realizar proyectos de inversión pública. En  estos barrios más de 500 familias deben ser reubicadas urgentemente